Café Sant Joan (Si entramos en Fase I)
Desde este modesto medio, trataré de hacer todo cuanto esté en mi mano para seguir denunciando atropellos y abusos que se cometan contra las libertades civiles e individuales, tanto en nuestro pais, como fuera de el.
Capítulo XXVIII
Hamburgo, 12 de Octubre de 1972
Hospital (Bundeswehrkrankenhaus), el mismo en el que, Inga convalecía
de sus cuatro largas y complicadísimas operaciones, realizadas por un equipo
médico, pionero en la reimplantación de miembros amputados. Los primeros
resultados parecían prometedores, pero… aún tendrían que pasar varios meses
para que Inga recuperase la movilidad “normal” de su reimplantado miembro.
Helmut había salido del coma y convalecía de las intervenciones que se
le habían practicado a fin de reconstruir, en la medida de lo posible, los
destrozos que la bala le había causado.
Dos agentes de policía hacían guardia a la puerta de las habitaciones
de Inga y Helmut. Sabine y Lluís se turnaban para no dejar solo a Helmut, ni de
día ni de noche. Hacía días que ambos, evitaban referirse a la agria discusión
de la madrugada del 23 de septiembre. A
veces transcurrían horas sin que se cruzasen una sola palabra. Lluís con
su sentimiento de culpa y Sabine seguía sumida en el mutismo al que le había
llevado la doble decepción. Lluís, que la había utilizado para que ella lo
introdujese hasta la mismísima casa de sus abuelos.
Además estaba lo de su propio abuelo. Aunque, pensándolo detenidamente,
no le había sorprendido tanto. Kurt Vogel era realmente el cerebro de la magna
conspiración contra el Estado alemán, el
que movía los hilos. Y… mandaba sobre aquellos que, días antes habían
intentado matarla (y en el caso de su padre, casi lo habían conseguido) a ella
y a su novio español. Y sobre los que les habían perseguido desde Austria, los
que habían mutilado a su amiga Inga. Sentía odio y desprecio hacia su abuelo.
Se alegraría cuando entrara en la cárcel.
Lluís había informado puntualmente a su enlace de Londres de cada paso
que creía importante. A la mañana siguiente del ataque de los hombres de Otto, Lluís
había informado al MI6 que la Operación
Neuestrojanpferdes o Nuevo Caballo de Troya, había sido abortada.
El Gobierno de la República Federal convocaría en breve un encuentro
con los gobiernos de los países ocupantes: Francia, Reino Unido y los EE.UU, a
fin de informarles detalladamente de todo lo ocurrido.
Habían transcurrido ya nueve días desde el asalto al Lindner Park
Hotel, y… los acontecimientos estaban transcurriendo a toda velocidad.
a) El lunes, 25 de septiembre, Lluís, Sabine y Klaus Wiese, habían sido
recibidos por el propio Willy Brandt, en la mismísima Cancillería.
El canciller, (que se encontraba descansando en las cercanías de Baden
Baden, en un diminuto pueblo llamado Schönberg, en Schwarzwald-Selva Negra-)
había sido informado telefónicamente por Klaus Wiese del ataque a su antiguo
camarada y amigo Helmut Vogel, el mismo
sábado por la mañana, tan solo horas después de que Helmut recibiera el disparo
que casi acabara con su vida. Klaus le rogó al canciller que les recibiese de inmediato
por un asunto de suma importancia para la seguridad del Estado de la República
Federal. Que, dada la gravedad del asunto, no informarían a nadie salvo al
mismo canciller.
La poderosa maquinaria del Estado se puso en marcha de inmediato. Un
selecto equipo de expertos en cifrado de documentos, a los que no les costó
mucho conseguir una Lorenz, entregaba a Willy Brandt, tan solo 48 horas
después, el miércoles 27, un detallado informe en el que figuraban los nombres,
no solo de la cúpula y el cerebro que ideó toda la trama, sino de todos y cada
uno de los infiltrados en los puestos clave en empresas estratégicas de toda la
República Federal.
Había pruebas más que suficientes para procesar a la Plana Mayor de esa
secreta división de ODESSA, con la figura de Kurt Vogel a la cabeza, y
enviarlos a prisión. Pero...en aquellos tiempos, tanto la Fiscalía General del
Estado como una buena parte de la judicatura, no veían con buenos ojos procesos
a ex nazis, especialmente si se les daba mucha publicidad. Núremberg quedaba ya
lejos y muchos, demasiados, preferían restar importancia a ciertos hechos y no
remover el triste y dramático pasado de Alemania.
En este macro-caso que vendría, tras los arrestos de los cabecillas de
una parte de ODESSA, había quien temía que parte de los organizadores de esta
extensa trama, unos por edad y otros, los menos, por ser meros peones, se
libraran de largas condenas, incluso aquellos con cargos por secuestro y
asesinatos.
Al otro lado del canal de la Mancha, había inquietud por el presumible
resultado final del juicio que se avecinaba.
Varios dirigentes del MI6, apuntaban una “solución” más drástica.
Hacía varias semanas que el agente Kevin McBreed había sido convocado
por el director del MI6.
Tenía que encomendarle una misión muy confidencial . Viajaría de nuevo
a la República Federal Alemana y se uniría al agente Rowan Spencer (Lluís
Sáyago)
El jueves 28, en una macro operación policial, comandada por Klaus
Wiese y dirigida por el Ministro del Interior, con la colaboración del
Ministerio de Justicia, y la supervisión del mismísimo Willy Brandt, se procedía tomar medidas para vigilar y
neutralizar, (es decir relegarlos a cargos sin poder de decisión o…
directamente hacer que fuesen
despedidos), a todo aquel ya identificado en los papeles, como
potenciales sustitutos de los directivos de las grandes empresas estratégicas
del país. Más de 80 personas, la mayor parte de ellos, títeres o testaferros
con obediencia debida a los miembros del siniestro comité de la organización y que,
con la puesta en marcha de esta operación conjunta, pronto dejaban de ser un
peligro.
Otto Gruber fue detenido tratando de entrar en Suiza, en la frontera de
Basilea y trasladado inmediatamente a una prisión en Hamburgo, hasta que se
celebrase el juicio.
Fritz Weinbergen, por su condición de Parlamentario, fue inicialmente
confinado en su propia casa, en Colonia y custodiado por la policía.
Benjamin Frangenberg fue detenido en la sede del Hamburger Abendblatt,
bajo la acusación de colaborar y, presuntamente, ordenar el asesinato de su
antecesor en el puesto, Hans Steinberg.
Por supuesto, la editora Hecatónquiros
negó tajantemente tener conocimiento alguno de las actividades privadas del,
recientemente nombrado nuevo director del Hamburger Abendblatt. La editora
confirmó la destitución de Benjamin Frangenberg. Momentáneamente, el comité de
redacción tomaba el mando. En el mismo comunicado, se anunciaba la readmisión
de Sabine Vogel y esta vez como Directora de la Oficina de Investigación
Periodística del diario.
Michaela Schröder, la secretaria personal de Frangenberg, sería
reclutada por Sabine, una vez ocupase el nuevo puesto en el periódico.
Hans-Johakim Welauer. Alertado por sus contactos, infiltrados en la
policía, de su inmediata detención, había conseguido volar, en su avión privado
a España. Ocultándose en uno de los numerosos enclaves turísticos de la costa,
cerca de Alicante.
Ya se había cursado la orden de búsqueda y captura a la Interpol.
Pronto darían con él.
El cadáver del ex-general Gerhardt Brackhane, había sido hallado
sentado en el despacho de su domicilio, en Bonn, con su Lugger en la mano y con
un disparo en la cabeza.
Un orgulloso y prepotente Kurt Vogel, esperó estoicamente, en su propia
casa de Oldenburg, la más que
presumible llegada de la policía. Su extrema arrogancia (y quizás la falta de
tiempo) le hizo desechar la idea inicial de tratar de salir del país.
Fue detenido en la madrugada del día 29 de septiembre, bajo la
acusación de Comandar una organización criminal para conspirar contra el
Estado. Así como por ordenar numerosos asesinatos.
Kurt Vogel moriría en la cárcel a causa de un infarto, antes incluso de
que se celebrase el juicio.
Etiquetas: Conspiración, Engaños, espionaje, Nazismo, persecución, violencia