martes, 12 de mayo de 2020

Jaque Mate Capítulo XXVIII



Hotel Lindner Park, Hamburg

Capítulo XXVIII

Hamburgo, 12 de Octubre de 1972

Hospital (Bundeswehrkrankenhaus), el mismo en el que, Inga convalecía de sus cuatro largas y complicadísimas operaciones, realizadas por un equipo médico, pionero en la reimplantación de miembros amputados. Los primeros resultados parecían prometedores, pero… aún tendrían que pasar varios meses para que Inga recuperase la movilidad “normal” de su reimplantado miembro.

Helmut había salido del coma y convalecía de las intervenciones que se le habían practicado a fin de reconstruir, en la medida de lo posible, los destrozos que la bala le había causado.

Dos agentes de policía hacían guardia a la puerta de las habitaciones de Inga y Helmut. Sabine y Lluís se turnaban para no dejar solo a Helmut, ni de día ni de noche. Hacía días que ambos, evitaban referirse a la agria discusión de la madrugada del 23 de septiembre. A  veces transcurrían horas sin que se cruzasen una sola palabra. Lluís con su sentimiento de culpa y Sabine seguía sumida en el mutismo al que le había llevado la doble decepción. Lluís, que la había utilizado para que ella lo introdujese hasta la mismísima casa de sus abuelos. 

Además estaba lo de su propio abuelo. Aunque, pensándolo detenidamente, no le había sorprendido tanto. Kurt Vogel era realmente el cerebro de la magna conspiración contra el Estado alemán, el  que movía los hilos. Y… mandaba sobre aquellos que, días antes habían intentado matarla (y en el caso de su padre, casi lo habían conseguido) a ella y a su novio español. Y sobre los que les habían perseguido desde Austria, los que habían mutilado a su amiga Inga. Sentía odio y desprecio hacia su abuelo. Se alegraría cuando entrara en la cárcel.

Lluís había informado puntualmente a su enlace de Londres de cada paso que creía importante. A la mañana siguiente del ataque de los hombres de Otto, Lluís había informado al MI6 que la Operación  Neuestrojanpferdes o Nuevo Caballo de Troya, había sido abortada.

El Gobierno de la República Federal convocaría en breve un encuentro con los gobiernos de los países ocupantes: Francia, Reino Unido y los EE.UU, a fin de informarles detalladamente de todo lo ocurrido.

Habían transcurrido ya nueve días desde el asalto al Lindner Park Hotel, y… los acontecimientos estaban transcurriendo a toda velocidad.

a) El lunes, 25 de septiembre, Lluís, Sabine y Klaus Wiese, habían sido recibidos por el propio Willy Brandt, en la mismísima Cancillería.

El canciller, (que se encontraba descansando en las cercanías de Baden Baden, en un diminuto pueblo llamado Schönberg, en Schwarzwald-Selva Negra-) había sido informado telefónicamente por Klaus Wiese del ataque a su antiguo camarada y amigo Helmut Vogel, el  mismo sábado por la mañana, tan solo horas después de que Helmut recibiera el disparo que casi acabara con su vida. Klaus le rogó al canciller que les recibiese de inmediato por un asunto de suma importancia para la seguridad del Estado de la República Federal. Que, dada la gravedad del asunto, no informarían a nadie salvo al mismo canciller.

La poderosa maquinaria del Estado se puso en marcha de inmediato. Un selecto equipo de expertos en cifrado de documentos, a los que no les costó mucho conseguir una Lorenz, entregaba a Willy Brandt, tan solo 48 horas después, el miércoles 27, un detallado informe en el que figuraban los nombres, no solo de la cúpula y el cerebro que ideó toda la trama, sino de todos y cada uno de los infiltrados en los puestos clave en empresas estratégicas de toda la República Federal.

Había pruebas más que suficientes para procesar a la Plana Mayor de esa secreta división de ODESSA, con la figura de Kurt Vogel a la cabeza, y enviarlos a prisión. Pero...en aquellos tiempos, tanto la Fiscalía General del Estado como una buena parte de la judicatura, no veían con buenos ojos procesos a ex nazis, especialmente si se les daba mucha publicidad. Núremberg quedaba ya lejos y muchos, demasiados, preferían restar importancia a ciertos hechos y no remover el triste y dramático pasado de Alemania.

En este macro-caso que vendría, tras los arrestos de los cabecillas de una parte de ODESSA, había quien temía que parte de los organizadores de esta extensa trama, unos por edad y otros, los menos, por ser meros peones, se libraran de largas condenas, incluso aquellos con cargos por secuestro y asesinatos.

Al otro lado del canal de la Mancha, había inquietud por el presumible resultado final del juicio que se avecinaba.

Varios dirigentes del MI6, apuntaban una “solución” más drástica.

Hacía varias semanas que el agente Kevin McBreed había sido convocado por el director del MI6.

Tenía que encomendarle una misión muy confidencial . Viajaría de nuevo a la República Federal Alemana y se uniría al agente Rowan Spencer (Lluís Sáyago)  

 

El jueves 28, en una macro operación policial, comandada por Klaus Wiese y dirigida por el Ministro del Interior, con la colaboración del Ministerio de Justicia, y la supervisión del mismísimo Willy Brandt,  se procedía tomar medidas para vigilar y neutralizar, (es decir relegarlos a cargos sin poder de decisión o… directamente hacer que fuesen   despedidos), a todo aquel ya identificado en los papeles, como potenciales sustitutos de los directivos de las grandes empresas estratégicas del país. Más de 80 personas, la mayor parte de ellos, títeres o testaferros con obediencia debida a los miembros del siniestro comité de la organización y que, con la puesta en marcha de esta operación conjunta, pronto dejaban de ser un peligro.

Otto Gruber fue detenido tratando de entrar en Suiza, en la frontera de Basilea y trasladado inmediatamente a una prisión en Hamburgo, hasta que se celebrase el juicio.

Fritz Weinbergen, por su condición de Parlamentario, fue inicialmente confinado en su propia casa, en Colonia y custodiado por la policía.

Benjamin Frangenberg fue detenido en la sede del Hamburger Abendblatt, bajo la acusación de colaborar y, presuntamente, ordenar el asesinato de su antecesor en el puesto, Hans Steinberg.

Por supuesto, la editora Hecatónquiros negó tajantemente tener conocimiento alguno de las actividades privadas del, recientemente nombrado nuevo director del Hamburger Abendblatt. La editora confirmó la destitución de Benjamin Frangenberg. Momentáneamente, el comité de redacción tomaba el mando. En el mismo comunicado, se anunciaba la readmisión de Sabine Vogel y esta vez como Directora de la Oficina de Investigación Periodística del diario.

Michaela Schröder, la secretaria personal de Frangenberg, sería reclutada por Sabine, una vez ocupase el nuevo puesto en el periódico.

Hans-Johakim Welauer. Alertado por sus contactos, infiltrados en la policía, de su inmediata detención, había conseguido volar, en su avión privado a España. Ocultándose en uno de los numerosos enclaves turísticos de la costa, cerca de Alicante.

Ya se había cursado la orden de búsqueda y captura a la Interpol. Pronto darían con él.

El cadáver del ex-general Gerhardt Brackhane, había sido hallado sentado en el despacho de su domicilio, en Bonn, con su Lugger en la mano y con un disparo en la cabeza.

Un orgulloso y prepotente Kurt Vogel, esperó estoicamente, en su propia casa de Oldenburg,   la más que presumible llegada de la policía. Su extrema arrogancia (y quizás la falta de tiempo) le hizo desechar la idea inicial de tratar de salir del país.

Fue detenido en la madrugada del día 29 de septiembre, bajo la acusación de Comandar una organización criminal para conspirar contra el Estado. Así como por ordenar numerosos asesinatos.

Kurt Vogel moriría en la cárcel a causa de un infarto, antes incluso de que se celebrase el juicio.


Etiquetas: , , , , ,

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio