CAPÍTULO
CERO: EL INICIO DE TODO
(Fragmento)
Todo
gran incendio comienza con una diminuta chispa
Apenas despuntaba el alba de
un frío y desapacible sábado, 11 de noviembre de 1944, en plena postguerra,
cuando la matrona Pacita Segura, (entrañable
mañica que trajo al mundo a una
ingente cantidad de bebés, de varias generaciones de manisenses) llegó a la casa familiar de Rafael y
Matilde, en la calle, llamada entonces (¡Cómo no!) General Sanjurjo, (hoy
dedicada al Dr. Gargallo) junto a la oficina de Telégrafos de la ya ciudad de
Manises. No sin ciertos problemas, debido a su desmesurado tamaño (4,7 Kg),
emergió del vientre de mi madre, gracias sobre todo, a la destreza de Pacita, Pepe, (la chispa que se convertiría en uno de los mejores actores que
ha tenido España) el segundo varón de la serie de tres y que finalizaría con la
llegada, casi cuatro años después del que esto suscribe. Mi hermana Matilde aún
tendría que tardar otros cinco años en llegar, es decir, en 1953.
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