Jaque Mate Capítulo VII
Capítulo VII
Berlín diciembre
de 1944
Para la antaño
acomodada y feliz familia judía de Ludwig Himmelfahrt, todo había terminado.
Ludwig y su pequeño Jakob de 11 años habían desaparecido, deportados a algún
campo de exterminio. De Greta se ocupó una buena samaritana, rubia y
corpulenta, con uniforme de enfermera, a la que se le fue la mano con la dosis
de morfina u otro potente sedante. No la usarían ni como esclava sexual ni como
costurera ni como nada.
Pero… quedaba la
pequeña recién nacida y aún sin nombre que, tras atiborrarse de un biberón de
leche en polvo que la enfermera descuidada
con el sedante, le acababa de suministrar, dormía, junto a otras 5 o 6
criaturas, plácida e inocentemente en un camastro con barandillas que las
enfermeras habían habilitado. Esa misma enfermera, que se había quedado
prendada con los ojos de la recién nacida, pensó cuan feliz le haría poder
tener, para ella sola ─odiaba a los hombres─ una criatura como esa. Cogió su
recién abierto expediente, copió todos los datos en una hoja de papel le hizo
dos dobleces y se la guardó en su sujetador.
Días después, la
niña fue trasladada a una especie de orfanato muy especial, situado en Aurich,
a más de 500 km al noroeste de Berlín, cerca de Wilhelmshaven, en la Frisia
Occidental. Dada la enorme distancia y la temprana edad de la niña, la
enfermera Dora Meyer, solicito permiso para acompañar y asistir a la niña
durante el traslado. Una vez allí, ya se las arreglaría para quedarse a cuidar
a su niña.
La institución III Reich Sonderwaisenhaus (algo así
como Orfanato Especial del III Reich), había sido construida en secreto y
ubicada en ese remoto lugar con el propósito de acoger a aquellos hijos de
deportados, a los que se les certificara
el conveniente porcentaje de sangre aria.
Los bebés eran
criados sanos y fuertes con el fin de entregarlos en adopción a familias
apropiadas para asegurar nueva savia al futuro IV Reich.
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